La intuición ha resultado ser acertada, ‘Need for Speed: Most Wanted’ es uno de los mejores juegos de conducción arcade de esta generación. Para colocarlo en primera posición tendría que probar en profundidad ‘Forza Horizon’, su gran rival a batir, pero una vez vistas las particularidades de uno y otro, la propuesta de Criterion Games me parece mucho más prometedora de cara al futuro del género.
Saben lo que hacen, está claro que ‘Burnout’ no cayó del cielo, como tampoco lo hizo el que hasta ahora sigue siendo uno de mis juegos de conducción preferidos de esta generación: ‘Burnout Paradise’. Había que ver si Criterion era capaz de seguirle sacando punta al lapiz, y al final ha resultado ser mucho más que eso, dejando a un lado la escritura a mano para pasarse al teclado, aunque perdiendo parte de la belleza y el espíritu por el camino.
‘Need for Speed: Most Wanted’ no es un juego perfecto, de hecho queda a varios metros de una meta que consistía en dar el todo por el todo, que todo lo que se ofreciese estuviese pulido al máximo y los errores de diseño pasasen a formar parte de una característica de la competencia, pero aún y con todo ese peso a sus espaldas, establece el camino que debería seguir el género para alcanzar la excelencia.
Need for Speed: Most Wanted, la conducción arcade por excelencia
La propuesta es muy simple y tanto EA como Criterion se han encargado de venderla desde el principio. Tenemos una ciudad a nuestra entera disposición, una lista de 10 rivales a batir y la posibilidad de hacerlo con cualquiera de los coches que hay desperdigados por la ciudad. Sólo tendremos que acercarnos a ellos y pulsar un botón para automáticamente pasar a controlarlos.
Habrá que sumarle al catálogo los conseguidos una vez venzamos a los citados rivales, pero lo ofrecido al jugador desde el primer minuto de juego (tocará escudriñar cada rincón para dar con los mejores) ya te da opción a ganar con cierta comodidad. Más aún si vas desbloqueando los accesorios que mejoren las especificaciones técnicas de cada vehículo.
No es un juego de carreras al uso y poco tiene que ver con el ambiente cinematográfico del primer ‘Most Wanted’. Aquí no hay historia que guíe la acción, tú buscas el coche que quieres y se te presentan cinco carreras que te darán acceso a las modificaciones comentadas previamente. Cada coche tiene sus cinco carreras, y con los puntos ganados podrás retar a los 10 rivales de Fairhaven.
Menús que ayudan en vez de entorpecer
Simple, concluso y tremendamente efectivo. Suma puntos el hecho de no tener que andar trasteando con menús que te saquen de la acción, en este caso la inclusión de EasyDrive, un menú que controlarás con la cruceta sin necesidad de parar la acción, es todo un acierto que otras compañías deberían empezar a tener en cuenta.
Desde ahí seleccionarás rutas, carreras, instalarás modificaciones en el coche y controlarás las opciones tanto del modo campaña como el del multijugador. Cuesta acostumbrarse a que tienes esa posibilidad, pero lo de acabar olvidándote del botón Start es toda una experiencia. El sector va buscando tablets que simplifiquen las acciones cuando ni siquiera se han parado a pensar en lo mucho que puede dar de sí el clásico pad. Aquellos usuarios que cuenten con la versión de Xbox 360 y tengan un dispositivo Kinect a mano, también podrán realizar esas acciones mediante comandos de voz.
Una vez más el mimo de una compañía por su juego y sus usuarios va bastante más allá de simplemente ofrecer buenos gráficos y una vida útil lo suficientemente larga para que el gasto no duela demasiado. La lástima en este caso es que no todos los detalles brillen con la misma intensidad, y el juego acaba siendo más de EA que de Criterion.
No todo es oro lo que reluce en Need for Speed: Most Wanted
Para empezar está el tema de los coches, que aunque variados y atractivos para cualquier amante del motor (no sólo el de combustión, que también hay un Tesla Roadster dejando el pabellón de los eléctricos bien alto), podrían haberse presentado con una familia mucho más amplia. No me parece un error el hecho de incluir pocas modificaciones para los vehículos y que estas no tengan un sentido algo más técnico, al fin y al cabo pueden gustarte los coches y que aborrezcas la mecánica.
Donde acaba escaseando la propuesta de ‘Need for Speed: Most Wanted’ es en la diferencia entre sus pruebas, que entre velocidad, carreras y huídas de la policía, acaba gastando todos sus cartuchos. En ese caso ni el constante y entretenido cambio de vehículos logra deshacerse de la sombra de la repetición. Nada preocupante, pero Criterion ha demostrado en numerosas ocasiones que la virtualización de la velocidad no se reduce solamente a eso.
No puede quedar títere con cabeza a la hora valorar cómo han diseñado las guías para dichas pruebas, con un indicador de mapa realmente pequeño que evitarás mirar si no quieres comerte el coche que viene de cara y una representación en el escenario que cuenta con unas indicaciones pobres e ineficaces a la hora de marcar los giros. Acaba formando parte de la dificultad, pero dudo que sea algo hecho a conciencia para desestabilizar las carreras, siendo un error que merecía ser subsanado.
Conclusión
Si acabas perdonando errores es porque entre saltos, radares y pruebas, el multijugador acaba ganando la partida al resto de críticas. Lo realizado con el nuevo Autolog 2.0 es otro de esos aciertos que otras propuestas no tardarán en imitar. Unirte con amigos haciendo el cabra por el mapa o compitiendo entre vosotros para subir puestos en la lista Most Wanted consigue que la corta vida de la campaña principal (sin tener en cuenta objetivos secundarios y desafíos) sea menos molesta.
El nivel visual mostrado también ayuda a que acabes abrazando la propuesta pese a esos detalles sin pulir, y es que la ciudad de Fairhaven y sus vehículos son toda una delicia para los amantes de las puestas de sol virtuales y los accidentes a gran velocidad. Si tienes opción de ver el juego funcionando en PC te acabarás llevando una grata sorpresa.
Con todo ello, lo bueno y lo malo, ‘Need for Speed: Most Wanted’ se posiciona como uno de los títulos de conducción arcade más importantes de la generación, aunque en realidad te pases medio juego pensando en lo que podría acabar siendo la segunda entrega de este renovado spin-off. Lo esperaremos con entusiasmo, de eso no cabe duda, y confiamos en que conducir un deportivo con neumáticos de ciclomotor no sea una comparativa válida la próxima vez.
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