Ed Fries trabaja como consultor para Ouya, pero si es conocido por algo en este sector es por haber colaborado con Microsoft para crear la primera Xbox. Desde entonces los tiempos han cambiado y Fries asegura que los fabricantes de consolas no pueden ignorar la evolución que está viviendo el sector:
Cada vez se está volviendo más difícil para los creadores tradicionales de consolas ignorar la experiencia mostrada por Apple. Cualquiera puede desarrollar para la plataforma y la certificación es relativamente barata.Pero ahora hay gente como los creadores de ‘Fez’ que no pueden actualizar su juego porque cuesta demasiado, si ese juego estuviese en iOS no habría problema, pero como está en XBLA es un problema.
Según afirma Fries la llegada de nuevas plataformas podría desencadenar aún más el cambio. Obviamente se trata de una campaña publicitaria para apoyar las particularidades de un sistema como Ouya, pero no es menos cierto que tenga cierta razón en lo que comenta. El sistema está cambiando y, por mucho que nos disguste, las compañías finalmente acabarán adaptándose.
Esas ideas deben desaparecer en la próxima generación. Se irán con Ouya, se irán si Apple decide introducir uno de sus productos en el sector, y los creadores de consolas como Microsoft, Nintendo y Sony tendrán que responder ante eso, es el futuro.De la misma forma tendrán que responder ante los modelos free-to-play, el mundo está cambiando, la gente quiere experiencias F2P, los creadores quiere construir ese tipo de juegos y el ecosistema de consolas debe adaptarse a ello. Lo de un producto en una caja por 50 dólares no puede durar para siempre.
Me niego a imaginar que lo que nos traerá el futuro es un catálogo de cientos de juegos en el que sólo una decena se salvan de la quema, y tampoco me gustaría que el modelo F2P de contenidos descargables intrusivos se acabe haciendo con el poder del mercado, no todo es tan fácil como lo pinta Fries, así que toca ser prudentes y aprender de los errores del pasado, cuando el DLCempezó a instaurarse. Es nuestra oportunidad para decirle a la industria qué caminos vamos a permitir y cuáles vamos a rechazar, así que toca medir nuestros pasos y pensar friamente antes de apoyar unas u otras causas.
Puede sonar a mensaje apocalíptico, pero dudo que aquellos que disfrutamos con el sector del videojuego nos vayamos a quedar de brazos cruzados. Los próximos años prometen ser clave en el futuro de la industria.
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